Notas a pie de escenario
Escribir una crónica de cualquier acontecimiento cuando uno no está acostumbrado a hacerlo, es una tarea, cuanto menos difícil, y si encima la crónica es sobre un concurso de flamenco, viene a ser como lanzarse a volar desde un acantilado intentado dirigir el vuelo, a manotazos, sin tener las plumas que tienen las águilas por el mero hecho de serlo. Así que les ruego sean generosos conmigo si, en mi atrevimiento de haber aceptado enfrentarme a este riesgo, alguna cosa de las que digo pudiera chirriarles en los oídos o lo que sería aún peor, herirles en la sensibilidad que ustedes tengan por el conocimiento de este arte tan complejo del que yo seré, eternamente, un mero aprendiz