04 de abril.
Francisco Hidalgo Gómez
Investigador y critico flamenco
Tras aquella primera inesperada y deslumbrada vez, tuve no pocas ocasiones de volver a disfrutar de su buen hacer guitarrístico, siempre en continuo progreso, cada vez más hecho y asentado, de aplaudirle y de saludarle. Una de las penúltimas ocasiones fue a la puerta del Conservatorio Superior de Música “Rafael Orozco” de Córdoba que conoce sobradamente bien ya que fue en él durante 15 años profesor de guitarra flamenca y en el que ha contribuido a la formación de no pocos guitarristas.
Córdoba, una ciudad que conoce a la perfección, siempre ha sido un lugar especial para él, y ha recordado con frecuencia que la primera vez que tocó en público fue en la cordobesa Plaza de la Corredera, cuando era solo un niño de nueve años.
“Ese fue el comienzo de mi carrera musical y es algo que siempre recordaré con cariño”, ha dicho.
En esa ciudad precisamente inició el pasado 26 de enero su gira de despedida de los directos, aunque no de la música ni la composición, y que ha concluido en el Teatre Sagarra de Santa Coloma de Gramenet, el pasado dos de marzo con una gala programada dentro del festival Flamenc-ON cuyos programadores, evidentemente, se han apuntado un tanto y a los que se lo hemos de reconocer y agradecer.
Daniel Navarro, Niño de Pura (Sevilla, 1966) había manifestado con anterioridad su interés por despedirse del público y hacerlo a su manera. Porque
“el público me ha dado mucho y en agradecimiento a ello yo quiero realizar un concierto de despedida, no un homenaje”. Niño de Pura, ha añadido que
“He tocado con párkinson y la gente no lo sabía”
Para alguien que vive de lo que hacen sus manos, pocos diagnósticos puede haber más dolorosos, terribles, que ese. A pesar de ello, en estos últimos años, ha seguido viajando por el mundo y subiéndose a los escenarios, consciente de que ese tiempo se estaba agotando. Y, antes de que el tiempo lo marcara su enfermedad, el tocaor ha decidido poner pie en pared y anunciar una gira de despedida que ha concebido más como una fiesta que como un homenaje.
Así pues, tras detectarle hace ya unos años la enfermedad de párkinson, el músico pone fin a su trayectoria profesional en los escenarios y delante del público, con una serie de conciertos muy especiales en los que se ha rodeado de algunos artistas, amigos y colaboradores, muy representativos del flamenco; una gira especial que ha pasado por distintos puntos de Andalucía y por la ciudad de Santa Coloma de Gramenet, en la que concluía, impulsada con el apoyo y colaboración de la Fundación Cajasol y la Fundación Manolo Sanlúcar.
Quien fuera apadrinado por Pepe Marchena y discípulo de Manolo Sanlúcar, se retira después de adornar sus vitrinas con algunos de los premios de guitarra flamenca más importantes de España. Es Premio de Guitarra de la Bienal de Arte Flamenco de Sevilla (1984), Premio de la Cátedra de Flamencología de Jerez de la Frontera (1984), 'Bordón Minero' del Concurso Nacional del Cante de las Minas de La Unión (Murcia) y 'Giraldillo de la Guitarra' (1990), entre otros.
Nos quedan sus discos para seguir disfrutando de su talento. Capricho de Bohemias, 'Caliente', 'Más allá de la luz' (1993), 'Maquida' (1996) y 'Pozo y caudal', Sevillanas para el recuerdo', 'Cosas Bonitas' y 'Pura Gloria”, entre otros, y lo que, seguro, aún nos ofrecerá.
El concierto
Acudíamos al colomense Teatre Sagarra conscientes de la situación y sabiendo que sobre el escenario no estaría el guitarrista de las grandes noches, de los apoteósicos éxitos, como el que obtuvo en Córdoba, tras el conciertazo que dio en el Festival de la Guitarra de Córdoba de 2017, el artista que sale al escenario a darse y entregarse absolutamente. No nos importaba. Asistíamos a manifestar nuestra solidaridad, a ratificarle nuestra admiración y agradecerle tanto como nos ha dado a lo largo de su carrera. A ser testigos de un momento histórico.
En esta ocasión el maestro se subía al escenario a despedirse de la afición flamenca de Cataluña como ya lo había hecho anteriormente en Córdoba, Sevilla o Huelva y para pronunciar un adiós a las tablas, que no a las partituras ni a las cuerdas, porque es músico y eso lo lleva dentro y seguirá siéndolo. De hecho, tiene un disco que, ha declarado, lo va a sacar
“cuando acabe toda esta historia. Y si me siguen llamando para hacer música, voy a hacerla”.
Por causas imprevistas y totalmente ajenas a la organización, se retrasó el inicio del concierto.
Paco Garfia, siempre cuidadoso, responsable y atento a los más mínimos detalles, muy diligentemente salió al escenario a dar la cara y disculpar la tardanza en comenzar.
Nos pareció genial que empezase el artista solo en el escenario en el primero toque, y una cálida y entregada ovación de bienvenida acogió su salida al escenario. Ya nos ofreció en ese primer toque momentos típicos de su toque de pura miel, pero también de sobrada fuerza, de picados y escalas vertiginosas, todo lo que han hecho de él un concertista completo y brillante.
Para acompañarle en el segundo se le unieron en el escenario, que ya no abandonarían hasta el final, el cantaor cordobés, Lámpara Minera en 2009,
Churumbaque hijo, que actualmente imparte docencia en el Conservatorio Superior de Música de Córdoba; el bailaor, también cordobés,
Rafael del Pino Keko, que cada vez que baila deja tras de sí la belleza de lo profundo, que participó en el 2000 en el espectáculo
“Compadres” del protagonista de la tarde y de su amigo y compañero Manolo Franco;
Pura Navarro, su hija, la saga continúa; el guitarrista, formado con él,
Carmelo Picón, como segunda guitarra,
David Galloso, bajo eléctrico y
Agustín Henke, a la percusión.
Y el protagonista de la gala continuó regalándonos su toque experimentado, mezcla equilibrada de las lecciones bien aprendidas de sus maestros y de aportes personales, y tantas veces disfrutado, salpicado de incontables sutilezas y primorosos detalles, de picados vertiginosos alternados con momentos de sosiego y lirismo, sin obviar el pulso y el sentido del ritmo, tan característico. Y sus compañeros y amigos, entregados, atentos y mimosos, ofreciéndole sostén y estímulo en sus participaciones precisas, justas y equilibradas, rebosantes de brío, cariño, amistad y entrega.
A ellos se unieron en distintos momentos como artistas invitados, redondeando el lujoso cuadro, su amigo y compañero de tantos años, tanto compartiendo enseñanzas como espectáculos, el gran tocaor sevillano
Manolo Franco, exquisito como siempre, flamenquísimo, y la personalísima bailaora
Pastora Galván, a la que siempre es una verdadera delicia ver bailar, que con su baile nos dejó a todos encantados por su elegancia, su belleza estética, su entrega y gracia. Un verdadero goce, siempre, verla bailar.
En conclusión, una tarde para el recuerdo. Triste a la vez que hermosamente brillante, de entrega generosa y rebosante de arte. Una gala que quedará, inolvidable, en nuestra memoria.
Fotografías:
José Hidalgo
Texto:
Francisco Hidalgo Gómez
Investigador y critico flamenco
01/04/2024 
