11 de enero.
Francisco Hidalgo Gómez
Investigador y critico flamenco
El disco contiene diez temas (Tangos, Tarantas, Rumba, Alegrías, Bulerías, Soleá, Granaínas, Fandango de Huelva, Tanguillos y Bolero), de los que es autor el propio protagonista, y cuenta con la colaboración de artistas de la talla de
David Domínguez a la percusión,
Pedro Javier González a la guitarra y
Diego del Chicuelo y
Lúa a las palmas. Su intención en esta primera grabación ha sido
“dejar claro su respeto y admiración a la tradición flamenca, a la vez que poner su grano de arena en la innovación…”
La grabación, en la que deja patente su destreza en solitario, salió al mercado el 7 de septiembre del pasado año bajo el sello Solera Flamenca Records y se presentará oficial y públicamente el próximo 20 de enero en el emblemático Auditori de Cornellà, contando con la participación de
David Domínguez, en la percusión,
Diego del Chicuelo y
Jacobo Sánchez a las palmas,
Javier Moreno como segunda guitarra,
Núria Martín Gámez al violín, la bailaora
Lorena Oliva y
Raúl Navas al bajo eléctrico. Una presentación que, estoy seguro, será una espléndida velada tanto porque la ha preparado ilusionadamente, ha estudiado y ejercitado entregada y concienzudamente como por la contrastada valía de los artistas que colaboran en ella y que, lo confieso, espero esperanzadoramente ilusionado por la amistad que me une a su familia y por la confianza que ha despertado en mí su afán de estudio, su dedicación, entrega, su contagiosa ilusión y su osadía, sí porque osadía es atreverse a hacer la presentación en un espacio de la capacidad del Auditori de Cornellà a pecho descubierto. Además de una decisión arriesgada, es un gesto valiente, de seguridad en sí mismo y de confianza en lo que se trae entre manos. Ciertamente, la juventud es osada, valiente y decidida. No podemos menos, por nuestra parte, que respetarle y aplaudirle, apoyarle y asistir a la presentación del disco.
Hay en él, lo intuyo, un guitarrista con gran, brillante, ojalá que extraordinario, futuro. Cataluña ha sido, desde antiguo, tierra de muy buenos y destacados guitarristas y lo continúa siendo. No tiene malos, pues, ni pocos, espejos en los que mirarse y a los que unirse para contribuir a enriquecer esa historia.
Aun cuando esté en sazón, pendiente de madurar y hacerse redondamente personal, se intuye en él, un guitarrista de gusto, un artista de corazón, de darse y entregarse sin reservas. Apunta, ya, maneras especiales de decir y de crear, con una ejecución limpia, técnica solventemente notable y una rica paleta de matices que atrae y conmueve.
Y pese a su solvencia técnica, sobrada, siempre mayormente fría, suena flamenco, no tanto porque los temas lo sean, que también, sino por ese algo especial que diferencia a los que lo son de los que no llegan.
Que un guitarrista tan joven como nuestro protagonista, tan solo 24 años y prácticamente recién salido del centro de Estudios en el que se ha formado musical y académicamente, no demasiado baqueteado aún y que ya se quiere comer el futuro, es una buena noticia. Ante los osados, decididos y valientes me rindo y manifiesto mi reconocimiento y les aplaudo.
Unos breves apuntes biográficos
El gusto por la guitarra se le despertó muy tempranamente. Comenzó tocando la guitarra eléctrica a los ocho años, pero antes de los diez se decidió definitivamente por la flamenca, ya que sentía un apego emocional más fuerte hacia la misma y muy seguramente propiciado por su ambiente familiar. Sus primeros pasos fueron de la mano de su padre,
Pedro Rincón, pero muy pronto comenzó su especialización de la mano de maestros de la talla de
Juan Manuel Ávila o
Javier Gavara. Cursa seguidamente estudios superiores en el Conservatori del Liceu de la mano de
Pedro Javier González y
Manuel Granados, finalizándolos brillantemente en 2022. Es, además, el primer guitarrista flamenco de la historia al que se le ha otorgado una beca Ferrer-Salat para cursar los citados estudios.
Tiene nuestro protagonista una especial vinculación, además de con la muy flamenca ciudad de Utrera, su familia paterna es de allí, con Cornellà, tanto por querencia personal como porque durante media docena de años asistió a las clases de guitarra que en la Asociación de Vecinos La Miranda, según me ha dicho su presidente
José Lora Pérez, y me ha ratificado él mismo, impartía
Juan Manuel Ávila Villalón y muy especialmente a través de su abuelo, a quien le ha dedicado la muy flamenca y gustosa soleá “Callejón del Niño perdido”, incluida en el disco.
Pepe Rincón, su abuelo paterno, es un histórico del movimiento peñístico cornellanense con activa participación, destacadamente en una de sus peñas, de la que, además, fue impulsor y presidente, la de Curro de Utrera que estuvo en la calle Ramoneda, calle en la que por cierto se inició todo el movimiento peñístico-flamenco de Cornellà, y de Cataluña en general, ya que en ella precisamente se creó, allá por el ya lejano año de 1965, la primera peña, la histórica de Fosforito.
Fotografías. -
Montserrat Raventós
Texto:
Francisco Hidalgo Gómez
Investigador y critico flamenco
08/01/2024 
