María Teresa Sánchez Campos nació -y se crio- en Málaga en el año 1932 entre El Perchel y La Trinidad, los dos barrios más flamencos que hay en la capital
Con su estilo inconfundible, su compás inigualable y esa capacidad para llenar el escenario con su sola presencia, es una profesional de indudable categoría a la que no se le reconoce algo que es evidente: la creación de una escuela en la que otras aprenden. Tangos, bulerías, cuplés por bulerías, rumbas flamencas… Las cosas de La Cañeta, cantaora con denominación de origen. Reina del compás.
María Teresa Sánchez Campos nació -y se crió- en Málaga en el año 1932 entre El Perchel y La Trinidad, los dos barrios más flamencos que hay en la capital. Sobre su apodo artístico, hay dos versiones: parece ser que Teresa, cuando era niña y ya empezaba a ganarse la vida junto a “La Repompa” y “La Quica”, era blanca y delgaducha, y al referirse a ella los que la conocían decían que “parecía una cañilla”. Es posible que con el tiempo dicha apreciación derivara en el actual sobrenombre. Sin embargo, ella me dio otra: “Mi padre, mecánico de profesión, fue “El Cañeto”, pero no te puedo decir de qué le venía el nombre.”
Hija de la legendaria cantaora Dolores Campos "La Pirula", está casada con el cantaor José Salazar, nacido en Madrid en el año 1936, con quien forma pareja artística. Hay la creencia de que este cantaor nació en Los Santos de Maimona (Badajoz), pero él me confirmó que no es así: “Yo nací en Madrid, aunque como nosotros éramos gitanos errantes luego me fui a Extremadura”. José Salazar es un buen intérprete de los cantes por soleá y por bulerías, amén de su particular concepto de los cantes de Huelva. En 1956 obtuvo dos premios en Córdoba en la primera edición del concurso.
La Cañeta tiene un hermano que vive en Barcelona, “que canta muy gracioso por fiestas”, está emparentada con Gabriel Campos “El Tiriri”, pero “en mi familia nadie sigue la tradición familiar de ser artista, a mis hijos no les ha gustado nunca, tienen su profesión, únicamente creo yo que mi biznieta Manuela (que a su vez es nieta de “El Pinto”, también conocido como “Pinto Cortés”, bailaor y cantaor profesional habitual en las fiestas y tablaos de Marbella) va a ser artista pues tiene mucho “age” y le gusta mucho bailar”.
Toda la vida cantando, ha recorrido medio mundo y ha compartido escenario con todos los mejores de cincuenta años para acá; pero como la lista sería interminable, nos limitamos a nombrar a unos cuantos: Carmen Amaya, Manolo Caracol, Lola Flores, Camarón de la Isla, Beni de Cádiz, Antonio Gades y La Paquera de Jerez.
Insuficientemente valorada, en los últimos años Málaga parece haberse dado cuenta de su verdadera valía artística y así se lo ha reconocido. En el año 2000, fue nombrada “Cantaora del Año” por el Mesón El Chinitas de Málaga y en 2005 le fue concedida la Medalla de Honor del Ateneo de Málaga. También, “Málaga en Flamenco”, le rindió homenaje en el espectáculo “Málaga”, que inauguró de la primera edición de la bienal flamenca malagueña.
Al margen de su habitual participación en multitud de eventos flamencos, en los últimos años formó parte del elenco de la obra “De Tablao” de Antonio el Pipa y participó en la clausura del citado festival malagueño formando parte del espectáculo “Dos Generaciones”, junto a Chano Lobato, Carrete de Málaga, Miguel Ochando y Rocío Molina. Participó en los ciclos “Los Jueves de la Crítica” y “Nos vemos en tu Peña”. Y en el II Ciclo Flamenco BBK Andalucía junto a Fernando de la Morena y Pedro Carrasco “Niño Jero”.
Desde hace muchos años vive con su marido en Marbella, ciudad que sienten como propia y en la que han regentado tablaos de fama y prestigio, desde donde salen a trabajar por toda España, pues ambos siguen en activo y son muy solicitados para actuar en fiestas privadas, peñas flamencas, festivales y espectáculos teatrales.