Revista de Cultura Popular, Andaluza y Flamenca
Hoy es Sábado, 27 de Abril de 2024
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Todos gustaron, pero Ana Fargas marcó la diferencia

Crónica del XVI Festival Flamenco ´Sierra Blanca´ de Marbella

01/11/2022.
Texto: Paco Vargas
Fotografías: Juan Recio



Marbella es ya una cita obligada en el calendario de los festivales flamencos del otoño malagueño. Este año, el FESTIVAL FLAMENCO “SIERRA BLANCA”, convocó a la afición de manera mayoritaria para disfrutar de una excelente noche de cante, toque y baile protagonizada por artistas de todas las edades y distintas estéticas y conceptos del flamenco. Era muy atractivo y equilibrado el cartel que ofrecía el mejor festival de otoño que se celebra este año en la provincia de Málaga, que, con un sonido excelente y unas luces apropiadas, invitaba a gozar del arte flamenco. El público escuchó y vio con pasión y con respeto cada una de las propuestas flamencas que hasta allí llegaron para componer un variado mosaico jondo que colmó las sensibilidades de los asistentes. Todo se mostró, pues, propicio para una noche de flamenco muy interesante; aunque luego tuvo de todo pues dispares eran las voces y los colores flamencos que se daban cita sobre el escenario del Festival.

Abrió el espectáculo el cantaor Martín Calle, artista local que incluía la Peña Flamenca Sierra Blanca en el cartel, acompañado por el joven Ismael Rueda, cada día más maduro y más hecho. Cantó por soleá de manera ajustada y gustosa, le dedicó un cuplé por bulerías a La Cañeta, sentido y sincero, y un cante por milonga a su padre, recientemente fallecido. Cumplió con su papel y gustó. La entrega, su emoción y su talento fueron premiados por los muy cariñosos aplausos del público que llenaba el patio de butacas, entre los que pudimos oír y escuchar los de La Cañeta y José Salazar, presentes durante todo el espectáculo.

Ana Fargas es una artista, en sus actuaciones no se limita a interpretar el cante, sino que, además, añade unas formas sutiles y uniquitas llenas de fragancia que inundan de inmediato los corazones de quien escucha. Tiene facilidad y esencia para transmitir. Afina y nunca falsea la voz. Su autenticidad la define. Nunca da menos de lo que tiene. Es generosa con su arte y lo reparte de manera esplendente a todo aquel que tiene el corazón dispuesto a recibirlo. Y la noche fue propicia para la verdad y la emoción. Las alegrías
alegres, no es redundancia, llenas de poesía y musicalidad; los cantes de su tierra malagueña, que tuvieron momentos de gran altura en los abandolaos, y las seguiriyas. Ay, las seguiriyas, qué hermosas, qué flamencas, qué emocionadas y entregadas. Así se ama con pasión. Qué esfuerzo, al límite, como se ha de cantar por ahí. El macho al estilo de Manuel Molina, tan personal, tan salvajemente bello, nos dejó a todos con la boca seca y el corazón encogido. Los olés retumbaban y los aplausos descomponían la quietud de la noche. La guitarra de Paco Javier Jimeno echaba chispas de amor mientras la seguía emocionado y entregado. Hay momentos en este guitarrista que son insuperables.

Hago un alto en la crónica para ensalzar la percusión de Cepillo. El sanluqueño es un maestro consumado, pero la conjunción musical y el entendimiento nos anuncian el nacimiento de un trío flamenco que está llamado a dejar momentos de gloria bendita. Ya había ocurrido en las alegrías y en los cantes abandolaos a compás. Y volvería a ocurrir en los tangos personales y cuando Ana tiró por las veredas que van a Málaga y a Granada. Los tres gustándose. Cómplices sinceros del ritmo y el compás binario.

Pero, por si quedaba alguna gota de emoción que derramar, Ana nos ofreció un cuplé, tan personal como exquisito, que únicamente las artistas que lo son consiguen. “Y sin embargo, te quiero”. Una declaración de amor, al flamenco y a la copla, a la vida, de una artista que está pidiendo a gritos que la quieran más. Se lo merece. Y el respetable respondió despidiéndola con la misma autenticidad con la que ella se había entregado. Fue, bajo mi criterio, la triunfadora de la noche.

El listón estaba muy alto, pero Cancanilla de Marbella salió a cantar como suele hacerlo, aportando detalles y buscando el cariño del respetable, con la guitarra de Ismael Rueda –acertado y pulcro en su papel-, que era la primera vez que lo acompañaba. Se entendieron bien y la actuación resultó brillante. Nos gustó en las soleares por bulerías, un cante habitual en el repertorio del cantaor de Marbella. Y en lo tientos, pero más en los tangos, con novedosas aportaciones cual fue la versión de una malagueña al estilo
de Chacón a compás binario. Las bulerías que continuaron fueron una loa a La Cañeta: “Cañeta mía, cómo cantas y bailas por bulerías” le repetía a modo de estribillo personal. Y se puso a bailar y cantó un fandango de Huelva por bulerías también. Su sentido del compás y del ritmo es extraordinario. Luego se fue al filo mismo del proscenio y cantó por fandangos, sin micrófono para demostrar que está de voz mejor que nunca. Y gustó y obtuvo el beneplácito del público. Y claro, como tantos piropos le había echado a La Cañeta, cuando se retiraba, ella se plantó en el escenario y se unió a la fiesta. Fue un momento de auténtico sabor jondo que el respetable agradeció con vítores y aplausos.

Tras las emocionadas y correctas palabras de Juan Recio, presidente de la Peña Flamenca Sierra Blanca y verdadero impulsor del festival flamenco, le tocaba salir a Miguel de Tena, el cantaor extremeño ahora afincado en tierras de Málaga, y poner un poco de calma entre tanta desbordada emoción. Y lo consiguió, junto a la magnífica guitarra de Chaparro de Málaga, con dos cantes mineros, cartagenera y taranta, de excelente factura y ejecución ortodoxa. Conoce bien esos palos –no en vano es Lámpara Minera- y con la ayuda de su espléndida voz los interpreta a la manera clásica. Como debe ser. Así ocurrió también en el cante por peteneras. Y en los cantes por soleá, que comenzó por Alcalá, llevado en ajustado compás por el guitarrista malagueño, que tan bien conoce su oficio y cuál debe ser su papel. Los tangos fueron extremeños en esencia. Y las granaínas, llenas de musicalidad y limpieza vocal. Y al fin, los fandangos. Imprescindibles en su repertorio y que tanto le solicitan los que van a escucharlo. Y él se deja querer porque se siente cómodo, seguro, sobrado de voz y de conocimiento. Muy pocos son los que consiguen conectar con el público con la emoción que él transmite con estos cantes. Es un verdadero especialista.

Sandra Cisneros, es una joven bailaora cuyas raíces las encontramos en Almáchar, pueblo de la comarca de la Axarquía malagueña. Su formación se completa junto a profesores como Antonio Canales, Farruquito, La Lupi, Joaquín Grilo o Eva Yerbabuena; aunque ella está definiendo
un sello propio en su baile, desarrollando proyectos artísticos y didácticos. Es titulada en la Especialidad de Baile Flamenco por el Conservatorio Profesional “Pepa Flores” y graduada en el itinerario de Coreografía de Flamenco por el Conservatorio Superior “Ángel Pericet”, en Málaga. Pero, es a partir de 2015, tras su participación en la Bienal de Flamenco de Málaga, cuando su carrera comienza a tener un notable ascenso. Y conoce la imprescindible escuela de tablaos como “Los Amayas” de Málaga o “Los Gallos” en Sevilla.

Muy bien acompañada por el cante y las palmas de Antonio Luque “Canito”, Manuel de la Curra, y la guitarra de Camarón de Pitita, bailó primero por tarantos, con fuerza y flamenquería, dándolo todo, a pesar de las dificultades que ofrecía el duro suelo del escenario, que necesita ser readaptado para el baile flamenco. Y luego de una corta transición por bulerías a cargo del cuadro atrás, salió vestida de blanco para lucir el vestido de cola, que movió con soltura. No alargó su actuación, pero el tiempo que estuvo paseando el escenario fue suficiente para demostrar su valía artística. Es muy joven y le esperan noches de éxito y aplausos merecidos.

Así acabó el XVI Festival Flamenco “Sierra Blanca” de Marbella tras algo más de cuatro horas de espectáculo, que ni resultó pesado ni aburrió al público que mantuvo el calor y el entusiasmo a lo largo de toda la tarde y noche de este otoño, que en Marbella siempre es amable estío.


Ficha del Espectáculo
Teatro Ciudad de Marbella,
29 de octubre, 20:00 horas.
Aforo: Lleno.
Cante: Martín Calle, Ana Fargas, Cancanilla de Marbella, Miguel de Tena. Baile: Sandra Cisneros (con el cante y las palmas de Antonio Luque “Canito”, Manuel de la Curra, y la guitarra de Camarón de Pitita).
Guitarristas de acompañamiento al cante: Paco Javier Jimeno, Ismael Rueda y Chaparro de Málaga, Percusión: Cepillo.
Organiza: PF Sierra Blanca.
Colaboran y patrocinan: Ayuntamiento de Marbella, Diputación Provincial de Málaga, Big Mat La juanita, Fnau.



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"A CONTRACORRIENTE. POESÍA VIVIDA"

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Fuente: Revista Flamenca Fuente Vieja
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