17/10/2023. Rozando la década de los 90 del pasado siglo, La Caixa decidió no seguir organizando el festival de flamenco que había llevado a cabo hasta entonces y que se había convertido en una referencia en toda la Península. Este festival, con una organización profesional insuperable, representó mucho para los amantes del flamenco y del arte en general. Durante unos días al año, el Palau Macaya del Paseo de San Juan de Barcelona se convertía un escenario de debates, conferencias, encuentros y otras actividades, así como recitales flamencos de formato reducido. Además, por la plaza del Poble Espanyol de Montjuïc, con un escenario de excepcionales condiciones, pasaban artistas de renombre tanto del cante como de la guitarra y del baile.
Al dejar de celebrarse ese mítico festival, Barcelona quedó huérfana de un evento de concentración flamenca de alto nivel. Sí que es cierto que los tablaos siempre mantuvieron su programación permanente con cuadros flamencos de calidad. Además, algunos teatros barceloneses fueron receptores de los estrenos de las compañías lideradas por las figuras de más renombre en el campo de la danza flamenca. Sin olvidar a las peñas flamencas del Área Metropolitana y a las escuelas de baile.
La primera edición del festival Ciutat Flamenco, inicialmente llamado Festival de Flamenco de Ciutat Vella, tuvo lugar en 1993 y se alumbró en el JazzSí Club del Taller de Músics, local inaugurado en el año olímpico de 1992. Allí se encendió la llama para luego trasladarse a la Plaça dels Àngels. Años después, el festival, siguió su andadura y se instaló en el Centre de Cultura Contemporània de Barcelona (CCCB), con el beneplácito de
Josep Ramoneda. Acogió actuaciones en el Pati de les Dones, en el Hall y en el Auditori, lugares donde se debatía, se conferenciaba y se visualizaban películas de temática flamenca.
Del CCCB pasó al Mercat de les Flors, en la falda de la montaña de Montjuïc, bajo la bendición del que fue su director,
Cesc Casadesús. Esa época quedó grabada en la memoria de muchos aficionados al arte flamenco. La algarabía ocupaba todas las salas, el redondel del bar La Soleá (no se puede ser más flamenco) y cualquier rincón que surgiera para montar la marimorena.
Cuando no fue posible la continuidad en el Mercat de les Flors, el festival se diseminó por toda la ciudad, tal como su nombre, Ciutat Flamenco, indica y ocupó plazas, centros y periferias de nuestra querida Barcelona.
Quiero hacer un reconocimiento a los artistas que, habiendo crecido profesionalmente en los ambientes flamencos catalanes, decidieron viajar y echar raíces en otras tierras. Tampoco nos vamos a olvidar de las primeras espadas que, con su talento artístico, nos recuerdan que Barcelona, y por extensión Catalunya, fueron, son y seguirán siendo plazas flamencas de primerísima magnitud y, sin duda, de las más anheladas.
He querido realizar este ejercicio de memoria histórica ligada al flamenco en Barcelona porque hay quien cree que la Ciudad Condal es flamenca desde hace una década. Y por el mismo motivo, se tiene que reivindicar que en 2023 se celebrarán los 30 años del festival Ciutat Flamenco.
Esta edición se la vamos a dedicar a
Julián Navarro "el Califa", que nos dejó recientemente. También queremos homenajear a unos veteranos que lo fueron todo, y todavía lo siguen siendo, en el flamenco barcelonés:
José de la Vega, Andrés Batista, Matilde La Galleguita, Juan de la Vara, Miguel Fernández "Faraón", Luis Adame y Milagros.
Nos vemos en Ciutat Flamenco. Ojalá te sea posible acompañarnos. Me encantará saludarte.
Fuente: Lluís Cabrera Sánchez - fundador del Taller de Músics
28/09/2023 
