14 de septiembre.
Miguel Terrino
Revista Flamenca Fuente Vieja
Durante una semana, la voz del flamenco resonó como un eco antiguo y eterno, despertando pasiones y emociones en el alma de cada espectador. Con una programación rica en diversidad, que combinó conferencias, recitales y espectáculos de baile, el festival reafirmó su lugar privilegiado como uno de los encuentros más importantes del flamenco a nivel mundial. Cada jornada, cada tablao, cada cuerda vibrante de guitarra, encontraron un público ávido que llenó los espacios, convirtiendo cada evento en una celebración íntima y colectiva del cante jondo.
El 3 de septiembre marcó el inicio de una semana mágica en la Casa Palacio de los Duques de Arcos. La inauguración, presidida por el alcalde de Mairena del Alcor,
Juan Manuel López, estuvo bañada en solemnidad y orgullo, mientras las notas del flamenco llenaban el aire. La conferencia de
Manuel Martín Martín,
"La identidad Mairenista y Almeriense de Lucas López", fue un recorrido por la historia y el alma del flamenco, una lección viva sobre la herencia cultural que mantiene el cante jondo como un arte eterno. La velada fue coronada por el recital de la cantaora Sonia Miranda, acompañada por la maestría de
Manolo Franco a la guitarra. Los asistentes, hipnotizados por el eco de las cuerdas y la profundidad del cante, respondieron con ovaciones, confirmando que el flamenco es mucho más que un arte: es una manera de vivir y de sentir.
El 4 de septiembre fue el día en que el baile tomó el protagonismo de la mano de
María Moreno, quien presentó su espectáculo Yo Bailo en un Teatro Calixto Sánchez repleto. Las voces
de
Miguel El Lavi y Manuel 'Niño de Gines', junto a la guitarra de
Óscar Lago y las palmas de
Roberto Jaén, crearon un espectáculo que no solo fue un tributo a la tradición, sino una explosión de energía y emoción. El auditorio vibró con cada taconeo, cada movimiento que arrancaba suspiros y aplausos, demostrando que el flamenco en su esencia más pura sigue siendo un lenguaje universal.
El día siguiente,
Luisa Palicio ofreció una masterclass en el mismo teatro, mostrando la técnica y el arte que la han convertido en una de los grandes referentes del baile flamenco. Los asistentes no solo aprendieron, sino que vivieron una experiencia única, acercándose al duende que caracteriza a esta forma de expresión tan visceral.
El 5 de septiembre, el flamenco se tiñó de nostalgia con el homenaje a
Paco de Lucía, uno de los genios inmortales del flamenco. La conferencia
"10 años de Paco de Lucía", a cargo del periodista y escritor
Juan José Téllez, no solo fue un repaso de su trayectoria, sino un viaje emocional que conectó al público con la grandeza del maestro. La actuación de
José Canela, acompañado por la guitarra de
Antonio Carrión, cerró la jornada con un recital inolvidable que resonó en el corazón de todos los presentes. Los compases jondos de su cante llevaron a los asistentes a un lugar donde el tiempo se detiene y solo queda la emoción.
La Fuerza del Concurso: Mujeres que Enarbolan el Cante
El 6 de septiembre tuvo lugar uno de los momentos más esperados del festival:
el Concurso Nacional de Cante Jondo Antonio Mairena. Tres mujeres destacaron, demostrando que el flamenco
no entiende de géneros, solo de pasión y entrega.
Remedios Reyes, cantaora de Chiclana, se alzó con el prestigioso
Premio Nacional de Cante Jondo Antonio Mairena, mientras
Susana Romero conquistaba al jurado con su interpretación de la minera, llevándose el
Premio Calixto Sánchez. La joven
Julia La Debla, ganadora del
Premio Joven Manuel Mairena, abrió la noche con un cante profundo que dejó una huella imborrable. El futuro del flamenco, encarnado en estas mujeres, está asegurado.
El cierre del festival,
el 7 de septiembre, fue una noche de homenaje, no solo a Antonio Mairena, sino también al eterno Paco de Lucía. En el Auditorio Municipal Manuel Mairena, la velada comenzó con la actuación de
Remedios Reyes, quien con su cante por tangos y bulerías encendió al público. Pero el verdadero latido de la noche fue el homenaje al genio de Algeciras. La presencia de su hermano,
Pepe de Lucía, y su hija,
Lucía Sánchez, agregó un toque emotivo, donde las lágrimas y los recuerdos se entremezclaron con los acordes que, aunque ausentes, parecían llenar el espacio.
La noche continuó con un elenco de estrellas:
Duquende, compañero de Paco, ofreció una interpretación camaronera que electrizó al auditorio, y
Aurora Vargas deslumbró con su estilo inconfundible.
Joaquín Grilo, con su baile majestuoso, elevó la noche a niveles casi celestiales. Cada paso, cada giro, evocaba a los grandes maestros, mientras que la lluvia, caprichosa, intentaba interrumpir, pero no lograba apagar la llama del arte.
El cierre magistral lo protagonizó
Esperanza Fernández, quien en los umbrales de su gira
de 40 años dejó al público sin aliento. Con su cante, recorrió estilos que van desde la bambera hasta las bulerías, siempre con esa sensibilidad y fuerza que la han convertido en una de las voces más respetadas del panorama flamenco actual.
El LXIII Festival de Cante Jondo Antonio Mairena no solo celebró la historia y el legado del flamenco, sino que apostó por el futuro. Con una programación que combinó juventud, tradición y vanguardia, el festival se posiciona como un faro de creatividad y diversidad estética. La presencia de artistas locales y consagrados, junto con la alta calidad de las actuaciones, reafirmaron la relevancia de este evento que sigue siendo un pilar fundamental en la historia del flamenco.
También debemos reconocer que el jurado de esta LXIII edición ha estado a la altura que se esperaba, y los componentes del mismo fueron:
José Manuel Díaz. Escritor e investigador flamenco.
Carmen Arjona Pabón. Doctora en flamenco por la Universidad de Sevilla.
David Pino Illanes. Cantaor flamenco. Director de la Cátedra de Flamencología de la Universidad de Córdoba.
Lourdes Gálvez del Postigo. Crítica y divulgadora de flamenco.
Miguel Ángel Jiménez. Flamencófilo, estudioso y gestor cultural del flamenco.
Mairena del Alcor, epicentro del flamenco, volvió a demostrar que el arte jondo sigue vivo, latiendo con fuerza en cada cuerda de guitarra, en cada quejío, en cada paso de baile. El duende, esquivo y mágico, estuvo presente en cada rincón, haciendo que esta semana flamenca quede grabada en la memoria colectiva como un momento irrepetible.
Miguel Terrino
Revista Flamenca Fuente Vieja